El primer corte es siempre el más profundo.
Las misiones encubiertas son lo que le gustan a Val Janos. El hombre es siniestro, misterioso, y letalmente sexy. Únicamente Tamara puede comprender la extraña intensidad que le impulsa a ganar a toda costa, y sólo ella puede igualarla.
Val tiene un solo punto débil: Irme, el frágil anciano que se hizo amigo suyo cuando no era más que un hambriento y asustado niño abandonado en las calles de Budapest.
Pero papá Novak está al tanto de la existencia de Imre, y su cabeza está en la picota si Val no le entrega a Tamara.
Una candente pasión surge cuando Tam y Val se acercan demasiado.
Ambos tienen mucho que temer, mucho que ocultar. Y ahora, por primera vez, mucho que perder…
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